Sylvia Plath con Frieda y Nicholas
El hijo de Sylvia Plath y Ted Hughes se acaba de ahorcar a los 47 años de edad, 46 años después de que su madre metiera la cabeza al horno para suicidarse respirando gas. Nicholas vivía en Alaska y se dedicaba a estudiar la biología de especies acuáticas. Su vida transcurrió lejos del escrutinio público. Nicholas no sé enteró de la verdadera causa de la muerte de su madre hasta que era un adolescente.
Hay que recordar que Sylvia tenía a sus dos hijos, Frieda y Nicholas, dormidos a unos metros de ella cuando se suicido. Según su hermana, quién dio la noticia de la muerte de Nicholas ocurrida el 16 de marzo, él había estado batallando con la depresión por muchos años. Su madre también batallo largamente con la depresión. Mientras estudiaba en la preparatoria en Nueva York y trabajaba en la revista Mademoiselle intentó suicidarse, experiencia que luego plasmaría en su novela The Bell Jar de 1963. Sylvia se casó con Ted Hughes en 1956, tuvo dos hijos con él y finalmente se separaron en 1962, cuando Hughes comenzó una relación con Assia Wevill. Al momento de su suicidio, el 11 de febrero de 1963, Sylvia Plath tenía 30 años de edad.
No hay que olvidar que Assia ayudó a criar a Nicholas y Frieda, pero se suicido junto con su propia hija de 4 años en 1969, usando la misma técnica que la Plath. Assia Wevill es una mujer de la que se ha hablado poco, pero sabemos que además de hermosa y sexy era fluida en alemán, hebreo, inglés, encantadora, inteligente y mundana. En suma, una sirena.
Por otro lado Ted Hughes sé convirtió en poeta laureado en 1984 y es considerado uno de los mayores poetas de su generación. Nunca quiso hablar acerca de los suicidios de sus mujeres, pero en su última obra poética Birthday Letters publicada el mismo año de su muerte, 1998, se decide finalmente a explorar el tema.
El suicidio de Nicholas hace que un libro pendiente hace tiempo se reacomode en la parte superior de mi pila de libros por leer, uno de Yehuda Koren y Eilat Negev, Lover of Unreason: Assia Wevill, Sylvia Plath’s Rival and Ted Hughes’s Doomed Love. Ya les contaré más detalles sobre esta tragedia que parece de la Grecia clásica.
En la foto, Sylvia Plath con sus dos hijos.
Publicado en La Vida Misma, Poesía